48. El Gran Simulador (Graciela Yamashiro)

Haciendo memoria, la primer imagen, el primer recuerdo conciente que tengo de Luis, me hace remontar hacia unos 10 años atrás, cuando todavía trabajaba para Petroquímica Cuyo y por esas cosas del destino me ví envuelta de repente en “ayudar” a terminar las pruebas e implementación de unas interfaces para el proyecto PETROSTAR, cuyo objetivo era la instalación del aplicativo JDE para la cía UNISTAR.
Recuerdo que me dijeron que el proyecto tenía base en un edificio de la calle Florida, pero ese día tenía que pasar también por Maipú 1 (el edificio central de la entonces compañía Pérez Companc). La cuestión es que estando allí, en el segundo subsuelo, y cuando estaba a punto de salir para ir al edificio de Florida, escucho a alguien que me dice algo así como:
- ¿Vas para allá? ¡Esperá que voy con vos!.
Cuando miro veo a un hombre delgado, no mucho más alto que yo, que se mueve rápidamente, se coloca el abrigo y se pone a la par mía. En ese momento yo no sabía quién era ni cómo se llamaba. Imagino que él tampoco me conocía ni sabía mi nombre.
Hicimos el trayecto de un par de cuadras hasta llegar al edificio de Florida. Entramos y fuimos hasta las oficinas donde se “cocinaba” el proyecto.
Ahora que lo pienso tranquila, creo que lograron engañarme bien... No sé por qué pensé que lo que tenía que hacer iba a ser algo sencillo, que tal vez en unas horas o a lo sumo en un día de trabajo lo iba a terminar. Nunca imaginé que las interfaces que tenía que probar (supuestamente solo probarlos para corrobar que estén ok) no estaban todavía terminadas, faltaban unos cuantos detalles importantes y lo que pensé que iba a ser un par de días se convirtió en el comienzo de unas semanas terribles.
Ante las primeras pruebas que hice saltaron unos cuantos errores y no me acuerdo cómo al lado mío apareció este “personaje” con quien había llegado hasta el edificio. Y así de una manera tan natural, como si nos hubiésemos conocido desde hace un montón de tiempo, empezamos a trabajar juntos... yo probando, detectando los problemas y él arreglando los defectos a medida que iban surgiendo... (De más está decir, que nadie en ningún momento me dijo que iba a trabajar con él ni tampoco nadie nos presentó).
Y de repente... nos llaman a una “reunioncita”. Dejamos lo que estábamos haciendo y fuimos a una sala, donde ya había un montón de personas (la mayoría desconocidos para mí). Después de unos minutos de comenzada la reunión, entendí que el objetivo era rever las tareas previas a la implementación, o sea, que ya estaban preparando la “salida a producción !!!!”. Ahí realmente empecé a preocuparme, ya que las interfaces que estábamos probando eran fundamental para la salida a producción del proyecto! Intenté advertir que las interfaces todavían necesitaban unos cuantos días para que queden OK, pero nadie me escuchó (además quién me iba a escuchar si nadie me conocía, y creo que nadie entendió de lo que estaba hablando...), de cualquier manera la decisión ya estaba tomada...
A partir de ahí, después de esta reunión, comenzó una vorágine desesperada para lograr que las interfaces funcionaran. Me resulta muy difícil explicar el stress de ese momento, recuerdo que a medida que probaba y las cosas no andaban, aparecía este “muchacho”, preguntándome qué pasaba, cuál era el resultado que tendría que haber dado, luego se tomaba unos minutos y después me decía que volviese a probar. Estuvimos así toda la tarde/noche, yo probando y él “corrigiendo, cocinando y hardcodeando...”, hasta que finalmente terminamos y quedó todo OK...
Esta es, Luis, mi humilde historia, (la primera vez que recuerdo que me tocó trabajar con vos); trabajamos un montón, y a pesar de la presión y el stress, me sentí muy cómoda, estuvimos codo a codo, entendiendo los dos la urgencia y con el mismo objetivo, y no sé si te diste cuenta en ese momento, pero en todo ese tiempo yo no tenía idea de cómo te llamabas!
Rescato y admiro de tu personalidad, el buen humor, la alegría que transmitís a las personas que interactúan con vos, cómo sin darte cuenta podés cambiar el ambiente, hacer que el clima de un lugar sea menos denso.
Espero que la estés pasando muy bien, rodeado de todos tus más preciados afectos.
Te deseo un
¡¡¡¡¡ MUY FELIZ CUMPLEAÑOS !!!!!
De corazón,
Graciela Yamashiro

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